En esta receta no encontraréis una larga lista de ingrecientes pues son los que véis en la foto. Sencilla pero os aseguro que el resultado es buenísimo.
No siempre por añadirle a una carne más ingredientes o salsas esta tiene que estar deliciosa. Un ejemplo de lo que os cuento son estas chuletas de cordero al enebro.
Su sabor es tan completo que no necesita más que un buen vino blanco y unas bayas de enebro.
Lo que sí os recomiendo es que probéis a comprar el cordero en tiendas marroquies, pues su carne en la que los animales son sacrificados mediante el rito 'halal' (el animal es desangrado hasta su muerte), le quita (a mi modo de ver) todo el sabor fuerte que pueda tener la carne de cordero.
Elaboración
Ponemos en la fuente del horno el vino blanco y el agua.
A la carne le hacemos unas incisiones cada 2 centrímetros aproximadamente, también se lo podemos pedir al carnicero y salamos con sal gorda. Ponemos 1/2 cucharadita de pimienta molida por el exterior y las bayas de enebro por encima.
Rociamos la carne con el aceite y al horno. Hornearemos junto con las patatas unos 40 minutos a 180º C.
Para que las patatas se hagan antes yo las pincho con la punta de un cuchillo varias veces. Procurad que sean todas del mismo tamaño aproximadamente para que se hagan en el mismo tiempo.
Ahora sólo queda que el calor del horno obre su milagro y nos devuelva esta jugosa carne por dentro y crujiente por fuera.
A la hora de servir os tendréis que hacer con un cuchillo bien afilado y
sujetar fírmemente la carne (con las manos o un tenedor) para servirla sin hueso. Acompañar con las patatas asadas. Merece la pena!
¿Sencilla, no? :-)
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