Croquetas de espinacas

La verdad es que yo nunca había comido croquetas 'verdes' en casa. Mi madre siempre las preparaba con la carne que había sobrado del puchero. Así que, mi variedad de croquetas se reducía a una, con carne.

Cuando llegué a casa de mis suegros por primera vez y probé estas croquetas me encantaron. Están super cremosas y además es una manera muy fácil de que los niños coman espinacas y los no tan niños -que no siempre es fácil que los peques coman verduras-. Mi pequeña siempre aparta lo verde del plato; sin embargo, de estas croquetas de espinacas se come dos o tres. Asi pues, hemos bautizado a estas croquetas como, 'las croquetas verdes de la abuela Mari Carmen'. ¡Y oye, se las come sin rechistar!

Cuando vamos a ver a los abuelos, siempre tiene preparadas estas croquetas porque sabe que me gustan mucho. Y una deliciosa tortilla de patatas y cebolla debilidad de mi marido. Mi suegra prepara la tortilla de patatas más rica que he probado.

Bueno, el tema 'tortilla de patatas' daría para unos cuantos post, ¿verdad? Pero yo lo reconozco, sí sí, la de mi suegra está más buena que la de mi madre.

La vajilla que he usado en estas fotos es desechable, muy cómoda si tenéis invitados. Es el modelo Omami de Araven.

Elaboración:

Triturar la cebolla o cortar a cuchillo muy pequeña. Si las lágrimas os dejan, -a mí casi que no- sofreír la cebolla con el aceite de oliva virgen extra unos minutos a fuego medio.

Salar y a continuación echar las espinacas bien cortadas. Yo también usé con las espinacas el triturador.

Rehogar todo un minuto y añadir la mantequilla. Cuando se haya deshecho la mantequilla e integrado con el sofrito echamos la nuez moscada rallada, el pimentón dulce y la harina. Rehogamos la harina unos segundos para que no sepan a harina cruda las croquetas y vamos añadiendo poco a poco la leche.

Removiendo continuamente para que no se formen grumos.

Depositamos en un plato grande la masa procurando que quede con un grosor de 1,5 centímetros y tapamos con film transparente. Este grosor nos facilitará hacer las croquetas cuando estén frías. A mi me funciona.

Refrigeramos media hora y preparamos dos recipientes, uno con pan rallado y otro con los dos huevos batidos. No os olvidéis poner sal a los huevos.

Damos forma a las croquetas, en mi caso con las manos, y pasamos por huevo y después por pan rallado.

En una sartén con abundante aceite freímos las croquetas a fuego medio hasta que estén doradas. Sacamos a una fuente con papel absorbente. Servimos las croquetas de espinacas calientes.

Son unas croquetas muy cremosas, espero que os guste.