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Ingredientes:
Tortitas
- 100 gr. de harina bizcochona.
- 1 huevo L.
- 20 gr. de azúcar.
- 10 gr. de miel.
- 70 ml. de agua.
- 1/2 chdta. de bicarbonato sódico.
Relleno -anko-
- 220 gr. de judía rojo Adzuki.
- 200 gr. de azúcar.
- una pizca de sal.
Dorayakis
A los que tenéis hijos pequeños os sonará una serie de dibujos animados llamada Doraemon, que es un mapache azul, digo..., un gato cósmico que viene del futuro para ayudar al torpe de Novita, un niño al que nada le sale bien y al que le gusta la siesta más que a mí. Lleva muchísimos años en antena, pero haciendo cálculos creo que llevo viendo esta serie los últimos ocho años. Empezó a verlos mi hija mayor y le dio el testigo a la pequeña que se ha aficionado a ellos de una manera.
El mayor premio que le puedes dar a Doraemon es un dorayaki, y se lo come con tanta gana, que siempre nos entra hambre solo de verlo. Y mis hijas en más de una ocasión me han dicho, - mamá haz Dorayakis, por fa, que los quiero probar.-
Para elaborar los dorayakis, (palabra compuesta del prefijo japonés, dora, que significa
gong y el sufijo -yaki, que significa hecho a la parrilla) primero he tenido que aprender ha hacer la pasta de judías dulces con la que va rellena, el
anko. Esta pasta está elaborada con la variedad Adzuki o Azuki, que tiene un precioso color rojo oscuro, como podéis ver en las fotos y cuyo sabor es algo dulzón. Cualidad por la que es utilizada en la pastelería nipona para la elaboración de dulces o rellenos dulzones.
Estas tortitas son muy parecidas a los famosos pancakes anglosajones, que van aderezadas normalmente con jarabe, miel o mermelada, pero estas van unidas de dos en dos con un relleno en medio. El diámetro suele rondar los 10 centímetros, pero yo los he hecho de ocho. Por que era la cantidad que cabía en la cuchara de sopa que he usado para mover la masa. La miel que os recomiendo que utilicéis es la flores, yo he usado la de Eucalipto, por que es la que normalmente tengo en casa en invierno.
La masa debe reposar en la nevera media hora tapada con film transparente antes de hacerla en la plancha.
Si os apasiona el mundo del Dorayaki podéis ver la película
Una pastelería en Tokio, en la que el argumento gira en torno a un pastelero que se dedica a hacer Dorayakis. Este conoce a una anciana que durante 50 años ha elaborado el relleno, y ..., bueno mejor la veis. Es lenta como ella sola, pero me admiró el amor y la paciencia que ponía la anciana al elaborar el anko. En el
film se ve como le añade una pasta transparente y viscosa, es glucosa, pero que yo no he usado por que no la he encontrado en mi pueblo. Sirve para mantener la humedad en la pasta.
Las tortitas que no vayáis a consumir las podéis guardar en la nevera bien envueltas en film transparente de dos a tres días.
Elaboración:
Poner en un recipiente grande la harina tamizada con el bicarbonato. Batir el huevo en una fuente con el azúcar hasta que se disuelva por completo. Incorporar el agua y la miel, remover hasta que se integren bien.
Verter el líquido sobre la harina y remover con unas varillas hasta que no queden grumos. Tapar con film transparente y guardar media hora en la nevera.
Si no tenéis harina bizcochona, es decir, la que ya lleva incorporada la levadura química, podéis usar harina común y añadirle 1/4 de cucharadita de levadura química tipo Royal.
Transcurrido el tiempo de reposo, encenderemos la plancha a temperatura media e impregnaremos la superficie con aceite de girasol. Usaremos para ello una servilleta doblada, como muestro en las fotos. Cada vez que hagamos una nueva tortita haremos este paso.
Echad la cantidad necesaria para una tortita. Si usáis un cazo pequeño, de esos de salsear, será perfecto. Si usáis como yo una cuchara es aconsejable que con el dorso de la cuchara esparzais la masa en el sentido de las agujas del reloj, de modo que la masa llegue a los ocho centímetros de diámetro. Esperaremos a que salgan burbujas en la superficie de la tortita, esa será la señal que nos indicará que debemos darle la vuelta con una espátula. Esperar unos 20-30 segundos a que se haga la otra cara y retirar a un plato.
En una de las mitades pondremos dos cucharadas de
anko y cerrar con otra tortita. Os aconsejo tapar con un paño limpio de algodón las tortitas que vayan saliendo, para evitar que se enfríen mientras las preparamos todas.