Hacía ya algunos meses que mis amigas Fátima y Lazeza queríamos quedar para preparar algún dulce árabe. Por una cosa u otra no pudo ser, pero afortunadamente hoy ha llegado ese día.
Es un postre que con muy pocos ingredientes es increíble que esté tan bueno. Además aunque no aparece en la foto lo acompañamos de un té marroquí. Para quitarse el sombrero.
Lazeza tuvo el detalle de regalarme esas pequeñas pinzas con las que se hacen estos dibujos a las pastas.
Empecé echando fotos, pues una vez que la masa está hecha se hacen muy rápido, y no quería peder puntada de lo que hacían.
Cuando aparqué la cámara para intentar yo hacer algunos, lo que más me costó fué hacerles los dibujos, que mi amiga Lazeza parecía hacer tan fácilmente. Hay que hacerlos en forma oblicua, para que luego queden como un zig-zag.
Mejor lo veis en la foto, a veces es más dificil explicarlo que hacerlo.
La verdad es que echamos una tarde muy agradable; de hecho ya hemos quedado en casa de mi amiga Moni para intercambiar las próximas recetas.
Elaboración:
Formamos una masa con la mitad de la harina, la margarina, el azúcar y el aceite de semillas (yo usé de girasol).
Vamos añadiendo poco a poco el resto de la harina hasta que queda todo bien integrado.
Estiramos la masa con un rodillo, que quede más bien fina, unos 2 milímetros aproximadamente.
Ahora cogemos un molde redondo de unos 5,5 cm ó 6 y vamos formando círculos.
Por otra parte, calentamos unos segundos (entre 5 y 10) la pasta de dátil en el microondas, para así poder trabajarla mejor. La pasta la podéis encontrar en comercios marroquíes.
Con la pasta de dátil maleable, vamos formando pequeños cilindros de unos 4 cm con los que rellenaremos los círculos de masa. Como muestro en la foto. Es muy importante que queden bien cerrados pues se pueden abrir durante el horneado.
Una vez rellenos todos los círculos procedemos a decorarlos con unas pinzas. Primero formamos una fila oblicua, luego otra inversa, de forma que queden como el símbolo '>'. Para formar la tercela hilera daremos la vuelta al dulce para así facilitar la decoración.
Una vez todos decorados los introducimos en el horno a 170º, calor arriba y abajo y en posición central unos 10-15 minutos. El dulce debe quedar hecho pero blanco.
Hay que vigilar el horno, pues en mi horno se hicieron antes que en el de mi amiga, aún con la misma temperatura.
Cinco minutos después de sacarlos del horno se pasan por azúcar glasé.
Lo siento, ahora no podréis comer sólo uno, mejor lo acompañáis con un típico té marroquí con su mata de yerbabuena.