Kofta de cordero

Como sabéis me gusta mucho probar comidas de otras culturas. Ahora me estoy aficionando a la comida japonesa, ya hago mis pinitos y aún estamos todos vivos :-)

Con el tiempo me he ido haciendo con gran número de especias que no son tradicionales en la cocina española como la cúrcuma, el garam masala o el cardamomo. Sobre todo cuando voy a Barcelona, en mi pueblo no las encuentro y aprovecho el viaje para comprarlas en el mercado de La Boquería, allí encuentro de todo.

En las tiendas de dietética o herbolarios encontraréis también muchas de estas especias, preguntadle al dependiente.

La leche de coco la podéis encontrar en grandes supermercados en la zona de comida china. Está buenísima, no me pude resistir de rebañar la tapadera con el dedo, uhmm! deliciosa. Bueno, luego lo que sobró también acabó en mi barriga y en la de mi hija mayor.

La receta original lleva ghee que es una mantequilla clarificada o purificada y que yo he sustituido por aceite de oliva, ya que el ghee no lo he encontrado. La palabra Kofta significa 'carne picada' según me explica mi amiga Myriam, marroquí, según me dice no tienen una palabra que signifique albóndiga. Es muy consumido en Oriente Medio, sur de Asia y este de Europa. En Turquía existen más de 271 variedades de esta carne especiada y picante.

Cuando le pedí a mi carnicero marroquí que me hiciera carne picada de cordero me dijo que era la primera persona que se lo pedía, ¿?. Por lo visto sólo nos comemos la carne de cordero en filetes o en tacos. Bueno, pues a partir de ahora ya sabéis que también está deliciosa picada.

Preparé estas albóndigas la víspera, con lo cual la carne cogió todo el sabor de las especias perfectamente. Espectacular. Lo mejor fue ver todos los platos limpios, señal de que gustó el plato. ¡Guay!

Elaboración:

Si queréis ver cómo se prepara el Kofta de Cordero, podéis aprender con el siguiente vídeo que os he preparado:

Comenzamos por elaborar las albóndigas de cordero. En una fuente ponemos la carne salpimentada y le añadimos el huevo, los ajos majados, la cebolla cortada bien pequeña y el jengibre fresco (podéis usar un triturador), el pan de molde desmenuzado. Las semillas del cardamomo las majamos en el mortero y se las añadimos, ya veréis que olor tan estupendo desprenden. Con las manos amasamos todos los ingredientes bien.

Si os quedara poco manejable la carne (se os pega en exceso a las manos) podéis añadir un poco de pan rallado, para facilitar su manipulación.

Vamos formando las albóndigas del tamaño de una nuez. Un truco que tengo es mojarme las manos cada tres o cuatro albóndigas para que no se me pegue la carne.

Freímos las albóndigas en dos tandas hasta que estén doradas.

Apartamos a una fuente y comenzamos a preparar la salsa.

Ponemos unas ocho cucharadas de aceite de oliva en una cazuela grande y echamos la cebolla en juliana, el jengibre fresco y los ajos majados, las cucharadas de comino el cilantro bien troceado, las guindillas y la cucharadita de cúrcuma. Removemos y cocinamos a fuego suave unos diez minutos. Vertemos el agua y hervimos otros diez minutos.

Incorporamos las albóndigas en la cazuela y añadimos por último el yogurt y la leche de coco. Damos un hervor de unos 8-10 minutos a fuego bajo.

Como guarnición de estas deliciosas albóndigas le va genial el arroz largo, en este caso arroz Basmati.

A nosotros nos ha encantado esta receta, espero que os guste también a vosotros y me mandéis fotos a mi correo para ver vuestros platos.

Buen provecho.