Por la mañana había comprado un par de kilos de naranjas, que las encontré de oferta, y horas más tarde estaba maquinando un postre con ellas. El resultado, con los ingredientes que tenía en casa ha sido un pastel cremoso de naranja y chocolate.
Lo que más me ha gustado de este postre ha sido la decoración, me lo he pasado muy bien, y lo que menos me ha gustado (por glotona) ha sido el tener que esperar cinco horas para probarlo. Hay que esperar que la gelatina cuaje en la nevera al menos cinco o seis horas.
Cómo lo hice:
Exprimimos el zumo de dos naranjas y le añadimos el azúcar, ponemos al fuego y reducimos a la mitad.
Montamos la nata. Cuando el zumo reducido esté aún caliente disolvemos las láminas de gelatina que previamente habremos puesto unos minutos en agua fría.
Añadimos la mitad del vaso de leche al zumo y removemos. Cuando el líquido esté templado lo añadimos poco a poco y con movimientos envolventes a la nata, hasta que se integren totalmente.
Yo forré un molde rectangular con papel film transparente, para luego facilitar el desmoldado.
Vertemos el líquido en el molde.
En un cazo ponemos el chocolate, unas 8 pastillas, y le añadimos aproximadamente la mitad de la leche que nos quedaba.
Con una cuchara vamos echando en el líquido el chocolate, para que nos quede como un pastel mármol.
Ponemos en la nevera unas 5-6 horas y desmoldamos.
Ahora toca la decoración que yo realicé cortando la tercera naranja en rodajas finas cortadas por la mitad y cociendo unos minutos en una olla con dos cucharadas de azúcar y unas 12-14 cucharadas de agua.
Hervímos hasta que se consuma el agua.
A continuación en un vaso derretimos al microondas el chocolate, 8 pastillas de chocolate fondant y le eché el resto de la leche.
Cuando las naranjas se templen introducimos en el chocolate caliente ayudándonos con una cucharita para que queden la mitad cubiertas de chocolate.
Dejamos enfriar en un plato las naranjas con chocolate.
Pasados unos minutos decoramos el pastel cremoso de naranja y chocolate con las medias rodajas de naranja con chocolate, y le ponemos por los extemos el resto del chocolate (caliente) que nos había sobrado.
Ahora ya llegó la hora de hincarle el diente a este delicioso pastel.
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