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Ingredientes:
Masa
- 90 ml. de aceite de oliva suave o de girasol.
- 120 ml. de buttermilk.
- 2 huevos M.
- 125 gr. de azúcar.
- 1/4 chdta. levadura Royal
- 1/2 chdta. de colorante en pasta rojo.
- 1/2 chdta. de vinagre de vino blanco.
- 1/2 chdta. de extracto puro de vainilla.
- 1 pizca de sal.
- 1/4 chdta. de bicarbonato sódico.
- 7 gr. de cacao puro en polvo Valor.
- 175 gr. de harina.
Cheesefrosting
- 240 ml. de nata con un 35% de m. g.
- 60 gr. de azúcar glas.
- 230 gr. de queso crema.
- 50 gr. mantequilla en pomada.
Decoración
- Fondant blanco o rojo.
- Perlas doradas de azúcar.
Red velvet cupcakes
Aquí os traigo el famoso red velvet, esta vez en formato cupcake, una delicia. Me encanta este bizcocho, gracias a la buttermilk, queda esponjoso, húmedo y... en fin, buenísimo. Es uno de esos dulces tan llamativos que te están diciendo cómeme, desde el otro lado del escaparate. Y si lo preparas en casa, pues es una perdición, desde que tengo la masa en crudo ya los estoy probando.
Lo malo es que he creado una "mini-yo", mi hija pequeña, también se ha hecho adicta a probar las masas crudas, ¡como me descuide, mete la cuchara!.
Estos cupcakes están hechos con su "inestimable" ayuda, esa que te llena el mármol de harina hasta en los rincones más insospechados, que te roba crema de queso cuando te descuidas o que te insiste una y mil veces que ella los prefiere rosas y no rojos. (Y ahora que no me lee nadie, diré que me encanta que esté conmigo en la cocina.)
Tenemos muchas fechas importantes a lo largo del año donde podemos sorprender a familia y amigos con estos increíbles cupcakes, en Navidad, San Valentín, o por qué no, para nuestra madre, para decirle de una manera dulce, que la queremos. Ese es mi caso, he preparado estos pequeños pasteles para mi madre, pronto llega el Día de la Madre, y se los quiero dedicar. A ti, mamá, con todo mi amor, ¡te quiero y te querré hasta el infinito y más allá!
Para preparar el buttermilk, pondremos media cucharada de limón en la leche templada. Incorporaremos el colorante y dejaremos reposar unos diez minutos. Veremos que la leche queda como cortada.
Es un bizcocho muy fácil y no tiene gran misterio, pero su resultado es excelente. Espero que os guste.
Elaboración:
Preparar la buttermilk como he explicado antes. Incorporar el colorante en pasta y ligar bien. Dejar reposar diez minutos, mientras pesamos el resto de ingredientes.
Mientras, tamizar la harina con el bicarbonato y la sal e incorporar el cacao puro en polvo
Valor. En el bol del robot incorporar los huevos ligeramente batidos junto con el azúcar y batir hasta que doble su volúmen. Incorporar el aceite en hilo sin dejar de batir y a continuación la
buttermilk, el vinagre y la vainilla (esto a velocidad baja o con varillas manuales).
Añadir los ingredientes tamizados a la mezcla, con unas varillas y en tres veces. Lo haremos con movimientos envolventes de arriba hacia abajo, para evitar la pérdida de aire del líquido.
Distribuir la masa con una cuchara de helado en las cápsulas, así todas tienen la misma cantidad. Llenaremos hasta 3/4 partes de su capacidad. Es muy aconsejable meter las cápsulas dentro de un molde de magdalenas rígido, así evitaremos que se deformen o que se salga la masa.
Con el horno precalentado a 170º C hornear los cupcakes unos 20 minutos, o hasta que al pincharlos con un palillo, éste salga limpio.
Para elaborar el cheesefrosting o cobertura de queso, batiremos la nata hasta dejarla semimontada, añadiremos el azúcar y la mantequilla en pomada y terminaremos de montar. Batir el queso crema e incorporarlo a la nata con unas varillas, hasta su total integración, nos puede llevar unos minutos.
Pasar a una manga pastelera con boquilla rizada y dejarlo en la nevera al menos media hora, para que coja consistencia.
Mientras, amasaremos con las manos fondant blanco teñido de rojo o de color rojo, para poder estirarlo con un rodillo y dejarlo de unos dos o tres milímetros de grosor. Para sacar unos corazones con los que decoraremos los cupcakes.
Llegado este punto y con las magdalenas frías terminaremos los cupcakes con el cheesefrosting, partiendo del centro y en círculo hasta completar la circunferencia de la magdalena. Es cuestión de práctica. Terminaremos con los corazones de fondant y unas perlas doradas de azúcar.
Nota: Si queréis que queden aún más jugosos podéis pincelar las magdalenas una vez salidas del horno con almíbar (100 ml. agua y 50 gr. de azúcar).
