Sopa de cebolla

Estamos en primavera, los días cambian a su antojo, unos hace calor y otros llueve y hace fresco. Y cuando hace fresco ahí estoy yo pensando, dándole al coco, para ver qué plato de cuchara (of course!) le preparo a mis niñas para la comida. El caso es que he ido comprando, sin "ton ni son" cebollas las dos últimas semanas.

Y me he encontrado en la alacena con casi dos kilos de cebollas, así que la receta me venía al pelo. ¿Habéis probado alguna vez la sopa de cebolla? Yo aunque parezca mentira aún no, no hasta el otro día que preparé esta deliciosa sopa con tan solo un ingrediente principal. Nunca imaginé que quedaría tan rica, aunque os tiene que gustar su sabor, ya que el caramelizado al que se somete a la cebolla intensifica su sabor.

Después de echar un vistazo a mis libros de cocina, me he decantado por esta versión con pan tostado y queso gratinado, al estilo francés. Se le añade caldo de verduras, harina para espesar un poco el caldo y vino blanco para darle más sabor si cabe. Yo la tomé sin pan por que el pan "remojao" es mi... digamos que no puedo con él. Bueno en general nada que lleve pan en el caldo, y mira que lo he intentado.

El origen de esta sopa tan humilde, es al igual que le sucede a la sopa de ajo española, la necesidad de alimentar a la familia con lo poco que se tenía. Pan duro, cebollas, agua y mantequilla o aceite. Parece ser que era el caldo que tomaban los trabajadores del mercado central de París siempre que necesitaban tomar algo caliente y barato. Y poco a poco se convirtió en el caldo o sopa que los trasnochadores podían tomar a cualquier hora, extendiéndose con el tiempo la costumbre de tomar la sopa de cebolla más allá de los límites del propio mercado. Es la sopa francesa por excelencia.

La receta francesa suele usar queso gruyère, pero yo le he rallado nuestro magnífico queso semicurado manchego. í‘am ñam.

Espero que os guste tanto como a mí. ¡Bon appetit!

Elaboración:

Cortar en juliana las cebollas. Poner en una cazuela la mantequilla y el aceite, cuando se derrita la mantequilla incorporar la cebolla cortada y salpimentar. A fuego medio-bajo ir pochando las cebollas hasta que adquieran un bonito color dorado. Esto nos llevará entre 20 y 30 minutos, más o menos, moviendo constantemente la cebolla para evitar que se queme. La cebolla se caramelizará. He colgado un pequeño vídeo en mi Fb donde se ve ese punto de caramelización.

Echar la harina y remover unos segundos, incorporar el vino blanco y a continuación incorporar el caldo de verduras, que bien puede ser casero o de tetra brik.

Continuar con la cocción 10 minutos más a fuego suave. Tostar las rebanadas de pan, ponerlas encima de la sopa en el plato de cada comensal y disponer una generosa cantidad de queso rallado por encima de las tostadas.

Gratinar en horno o con el gratinador del microondas, como fue mi caso.

Servir inmediatamente y disfrutar.