Plato para 4 personas/Preparación: 45 min

Como sabéis los que me seguí­s, me encanta probar comidas de otras culturas, con la ventaja de que yo no me intimido por el picante o la mezcla de especias. Me encanta, y tengo a mi hija pequeña que me sigue muy de cerca los pasos, ja ja ja.

Esta sopa la descubrí­ el un número de la revista Olive que mi marido me trajo de Londres el año pasado. Llevo meses sin cogerla y de pronto ayer la volví­ a ojear y ya no me pude resistir de preparar esta exótica y gustosa sopa de pollo con leche de coco. Es conocida por Tom kha gai, y lleva unos cuantos ingredientes que yo no encuentro en mi pueblo y hacerme 50 kilómetros para comprarlos en Barcelona, pues se me hace además de complicado, caro.

Así­ que, he adaptado la receta original a los ingredientes que tengo a mano, y me ha salido una sopa de diez. Si esta está buení­sima no quiero ni pensar en la original con sus hojas de lima kaffir, el limoncillo, el galangal (o jengibre azul) y su salsa de pescado.

Para los que no teleran ni el cilantro ni el picante, pues os aconsejo que no los pongáis, mejor así­ que no os dejen el plato. En casa, por ejemplo, el cilantro no les gusta a mi hija mayor y a mi marido, por eso a ellos les saco su plato antes y luego añado el cilantro para mi hija pequeña y para mí­. 

Esta sopa es uno de los platos más conocidos de la cocina thailandesa, es una sopa elaborada con leche de coco y pollo a la que se le añaden diferentes verduras y condimentos que la hacen picante y tremendamente aromática. Si queréis probar una sopa diferente y trasladaros a otra cultura degustándola esta es sin duda la mejor elección. He leí­do que nunca debe sustituirse el galangal por jengibre, así­ que desde aquí­ pedir perdón a todos los thailandeses por que yo sí­ lo he sustituido. La próxima vez que visite el Mercat de la Boquerí­a, en Barcelona, buscaré los ingredientes originales, seguro que allí­ los encuentro.

Nota: el cebollino que veis en la foto de los ingredientes en un principio lo pensaba añadir como decoración del plato pero luego tení­a tanto verde que no lo puse.

Lo primero que haremos es triturar el pollo, bien sea contramuslo, que le aportará más jugosidad o pechuga. Para ello llevaremos el pollo troceado al accesorio picador de la batidora o procesador de alimentos y lo trituraremos junto con un pellizco de sal.

Lo llevaremos a una fuente y picaremos a cuchillo o en el mismo accesorio el trozo de jengibre y las hojas de la rama de cilantro.

Pondremos dos cucharadas de leche de coco, la cucharada de harina de trigo, (trigo sarraceno si sois intolerante al gluten o normal si no tenéis intolerancia), añadiremos por último el pimiento rojo cortado bien pequeño y lo integraremos todo bien.

Haremos las albóndigas, para ello nos mojaremos las manos en agua para evitar que se nos pegue la masa a las manos.

En una cazuela pondremos el caldo de ave, las guindillas, la cucharada de salsa de ostras (o de pescado) y la leche de coco y lo llevaremos a ebullición suave un par de minutos, a continuación le añadiremos las albóndigas de pollo y los tirabeques. A los tirabeques habrá que quitarles el hilo que suelen tener en uno de los laterales y cortarlos por la mitad.

Lavar y cortar los champiñones, setas de cardo o Portobello y añadirlas al caldo. Cocer 7 minutos rociar el caldo con el zumo de media lima y apartar.

En un cazo hervir en agua salada como indique el modo de elaboración, los fideos de habas Vermicelli. Escurrirlos y repartir una porción en cada plato o cuenco junto con el caldo elaborado.

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