Tarta de queso con mermelada de arándanos

Uno de los postres que siempre busco cuando voy a un restaurante es la tarta de queso, me encanta, y si la hay es lo que pido. Y otra cosa que hago cuando llega el momento del postre es preguntar ¿qué hay casero?, dependiendo de la respuesta del camarero así elijo mi postre.

Unas veces se nota la buena mano repostera del cocinero y otras es un fiasco y pasa sin pena ni gloria. Hace unos meses estuvimos visitando Besalú en la provincia de Gerona y allí comimos en una posada a pie de carretera en la que probé una tarta de queso de la que aún me estoy acordando. Estaba muy buena y se notaba que era casera.

Hoy me ha entrado antojo de tarta de queso y aunque tiene tropecientas mil calorías y siempre acabo yo comiéndome el último trozo (y algunos más) y luego me arrepiento no me he podido resistir y he preparado esta ricura.

El secreto es no batir en exceso la masa para no generar burbujas de aire que luego agrieten la tarta y no quede lo compacta que queremos. Aunque es normal que al enfriarse se abra un poco por la superfície.

Elaboración:

Trituramos las galletas, bien sea dentro de una bolsa golpeándolas con el rodillo, como hizo mi hija, o con un robot de cocina hasta hacerlas migas.

Incorporamos la mantequilla fundida y la crema de galletas Lotus, y la integramos con las migas de galletas. Cubrimos el fondo del molde con ellas, aplastándolas con el culo de un vaso. Es recomendable forrar con papel de horno el fondo del molde, nos ayudará a la hora de desmoldar.

Batimos el azúcar con la crema de queso hasta que sea impalpable y vamos incorporando los huevos uno a uno.

Ponemos la vainilla en pasta y seguimos batiendo, incorporamos las cucharadas de harina y batimos.

Por último vertemos la nata muy fría y batimos. Batimos con las varillas hasta que la mezcla empiece a montar.

Precalentamos el horno a 180º C y echamos la crema dentro del molde engrasado. Horneamos a 180º C durante 20 minutos y 40 minutos a 130º C.

Una vez esté hecho dejamos la tarta dentro del horno con el horno entreabierto hasta que se enfríe. Después lo pasamos a la nevera tapado con film transparente, mejor hasta el día siguiente, la tarta se asentará y se cortará mejor.

Para hacer la mermelada casera de arándanos echamos 250 gramos de arándanos lavados junto con los 90 gramos de azúcar y el zumo de medio limón en un caso y lo llevamos a ebullición.

Transcurridos 10 minutos a fuego medio-bajo lo retiramos del fuego y le echamos la hojas de gelatina escurridas.

La gelatina habrá estado previamente en agua fría unos diez minutos.

Cuando la mermelada esté templada cubriremos la tarta con ella y la volveremos a introducir en la nevera para que cuaje.

Yo no esperé por hacer la foto y mi mermelada estaba aún tibia, de ahí que se vea como chorrea por la tarta de queso.